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Alergias alimentarias en bebés
Una de las grandes preocupaciones de mamás y papás cuando se empieza la alimentación complementaria es el descubrir alergias en nuestros bebés causadas por alimentos que han consumido.
Las tasas de alergias alimentarias en bebés están aumentando en todo el mundo, especialmente en los países desarrollados y la mejor manera que tenemos de actuar ante las alergias o intolerancias es estar informados y ser conscientes de los posibles alérgenos ocultos en los productos alimenticios, así como conocer los síntomas de las alergias alimentarias y aprender a detectar y actuar rápidamente ante cualquier sospecha.
Alergia o intolerancia: diferencias
Lo primero que necesitamos es entender qué es una alergia alimentaria en un bebé y qué quiere decir, por otro lado, que un bebé tiene una intolerancia alimentaria, ya que son cosas bien diferentes.
En ambos casos lo origina un alimento normalmente inofensivo, que activa una reacción en el cuerpo del bebé:
Si la reacción activada es del sistema inmunitario se trata de una alergia.
Si la reacción no implica al sistema inmunitario, pero causa malestar, que puede ser de muchos tipos, como dolor de estómago, gases, erupción cutánea o dolores de cabeza; estamos hablando de intolerancia.
El sistema inmunitario, cuando hablamos de alergias, interpreta que un determinado alimento es un invasor y esto provoca una respuesta desproporcionada.
Cuando hablamos de intolerancia, es el organismo del bebé que no puede digerir bien determinado alimento, y este le irrita el sistema digestivo.
Síntomas de alergias alimentarias
Conocer los síntomas para saber cuándo actuar o acudir al servicio de urgencias es esencial en estos casos, por eso cuando introducimos alimentos nuevos, y sobre todo alimentos potencialmente alérgenos, lo haremos de uno en uno, dejando intervalos de unos días y observando siempre la reacción del bebé.
Los síntomas más comunes, aunque puede haber otros son:
Problemas en la piel, tales como picor en los ojos, urticaria (manchas rojizas que pueden parecer picaduras de mosquitos), eczema (lesiones rojizas en la piel que provocan picor) o hinchazón.
Problemas respiratorios y sequedad en la boca, dificultad para respirar, estornudos, sibilancias o estrechez de garganta.
Síntomas estomacales como náuseas, vómitos, dolor abdominal o diarrea.
Síntomas circulatorios como palidez en la piel, sensación de mareo o incluso pérdida de conocimiento.
Si se dan síntomas en varias partes del cuerpo, puede provocar una reacción severa que se conoce como anafilaxis y requiere atención médica inmediata.
Ante cualquier duda, contactad siempre telefónica o presencialmente con el servicio de urgencias más cercano.
Alergias en bebés por alimentos
En la actualidad, no hay evidencias científicas sobre que retrasar la introducción de alimentos potencialmente alergénicos en los bebés, más allá de los seis meses, afecte a las posibilidades de desarrollar de alergias alimenticias.
Es recomendable introducirlos en el desayuno o la comida, para poder observar la reacción durante el día sin que el bebé esté dormido.
Tampoco se recomienda introducir estos alimentos antes del cuarto mes y en todo caso la recomendación de la actual de la OMS es el mantenimiento de la lactancia materna e introducción progresiva de los distintos alimentos.
Cualquier alimento puede producir una alergia, pero los siguientes son los más comunes y con los que hay que tener especial cuidado:
Leche de vaca.
Huevo.
Cacahuetes.
Soja.
Cereales con gluten.
Frutos secos de árboles como almendras, nueces o anacardos.
Pescados como el atún, salmón o el bacalao.
Mariscos como los camarones o las langostas.
Afortunadamente, este tipo de alergias en bebés pocas veces son graves, y se superan sin necesidad de intervención médica.
Entre un 80% y un 90% de las alergias al huevo, leche, trigo o soja desaparecen antes de los cinco años, tal y como indica la organización Healthy Children.
El personal de pediatría será siempre quien informará y derivará para el seguimiento de alergias o intolerancias en caso necesario.
Celiaquía en bebés
La celiaquía es una afección del intestino delgado causada por el gluten. Este daña el revestimiento intestinal que, a su vez, evita que los nutrientes se absorban correctamente y puede llevar a una deficiencia calórica y de nutrientes esenciales tales como proteínas, vitaminas y minerales.
El gluten es una proteína de almacenamiento que se encuentra en el trigo y en otros cereales como la cebada y el centeno.
La celiaquía no es una alergia, ya que el sistema inmunológico no produce anticuerpos.
Se está estudiando cuál es la mejor manera de introducir el gluten para evitar que esto ocurra, y los estudios actuales recomiendan introducir el gluten entre los 4 y los 11 meses de edad, idealmente alrededor del sexto mes, y en pequeñas cantidades al inicio.
Intolerancia a la lactosa en bebés
La intolerancia a la lactosa no es muy común en los bebés y puede aparecer más adelante, alrededor del tercer año.
Los síntomas de intolerancia a la lactosa dependen de la cantidad de lactosa que se ha consumido, y pueden pasar minutos después o incluso algunas horas después de haber consumido el alimento.
Pueden ser náuseas, dolor abdominal, diarrea o gases.
En caso de duda consulta con tu profesional de la salud sobre la posibilidad de suprimir temporalmente los lácteos de la dieta y comprobar si mejoran los síntomas o de realizar pruebas diagnósticas.
Alergia al huevo en bebés
Introduciremos el huevo a los bebés alrededor del octavo o noveno mes, separado de otros alimentos y teniendo en cuenta que puede ser potencialmente alérgeno.
Se puede empezar con la yema cocida, añadiéndola a papillas, o en sopas.
El huevo puede estar presente en muchos alimentos, desde panecillos o galletas o comida preparada.
Es importante comprobar siempre las etiquetas de todo lo que consumen nuestros bebés, tener en cuenta que cuando hay alérgenos como ingredientes estos deben estar resaltados.