De 12 a 15 meses, los cambios se aceleran

De 12 a 15 meses, una etapa de desarrollo

Su primer cumpleaños (¡felicidades!), una velita y muchas fotos para la posteridad: el tiempo pasa volando. Paseos dubitativos, unos dientes cada vez más poderosos, menús variados, sus primeros garabatos, una capacidad de comunicación que crece por momentos… Menos bebé y más niño o niña. Los hitos se suceden en otra etapa apasionante en el desarrollo de tu pequeño.

Recuerda que todos los plazos que sugerimos para los hitos evolutivos de los bebés son aproximados. ¡Cada uno sigue su propio ritmo!

Desarrollo oral: un/a gourmet en potencia

En esta época se le desarrollan los incisivos laterales y su capacidad de masticación de alimentos sólidos se amplifica. También se maneja con soltura en el manejo de los distintos utensilios: cuchara, tenedor, su botellita de agua… Continua con su particular evolución gastronómica, probando alimentos diferentes y descubriendo nuevas texturas ¡siempre bajo vuestra estricta supervisión!

Su interés por la comida –y por todo lo que le rodea en general- aumenta por días y eso hay que aprovecharlo para que se acostumbre a probar alimentos nuevos (y nutritivos). Preparadle trocitos de fruta, verduras…en su platito para que siga experimentando. Aprovechad mejor antes de comer ya que tiene más hambre y perseverad: hay que tener muuuuuuuucha paciencia… ¡y dará resultados! El hecho de que coma con vosotros, con la mesa puesta en común, reforzará su implicación en el día a día familiar.

Desarrollo motor: el caminante

Verse capaz de dar unos pasitos sin ayuda le da un plus tremendo de confianza. Veréis como permanece más tiempo de pie, ahora sujeto a tu pierna, ahora a la pata de la mesa (¡procurad proteger los picos de los muebles!). También podréis verlo dando unos pocos pasos marcha atrás al más puro estilo moonwalk, incluso correr como una bala por el pasillo de casa. ¡Atención: riesgo de caídas!

A la hora de jugar -siempre es buen momento para ello- veréis como desarrolla nuevas habilidades como arrastrar objetos atados de una cuerda, empujar un cochecito de su tamaño, meter objetos pequeños dentro de un recipiente (os reiréis mucho con sus ocurrencias) o hacer torres de cubos cada vez más altas y sólidas. También se le despierta el interés por los armario, cajones y demás “lugares prohibidos”, por lo que tendréis que prestar mucha atención.

Desarrollo cognitivo: abierto al mundo

Antes de dominar el vocabulario –en esta etapa se estima que expresa entre 5-20 palabras- vienen las llamadas expresiones pre lingüísticas: gestos, sonidos, movimientos corporales…Domina los gestos que le reportan algo que le interesa (pone los brazos en alto para que lo aúpes, empuja para quitarse de encima lo que no le gusta). La comprensión de que sus actos generan una reacción en vosotros allanan el camino para un aprendizaje más sofisticado.

Puede seguir con atención un cuento o una historia que le cuentes, ¡se concentra mejor! Se descubre encantado en el espejo y  verás cómo se maneja con las ceras y los lápices ante el folio en blanco…unos garabatos fenomenales.

Es más sociable: es frecuente que le dé por saludar y despedir a la gente con una sonrisa o lanzándoles un beso. Otras veces os sorprenderá con una rabieta incontenible: ¡tiene mucha personalidad!

En el parque, la guardería o en casa -si tiene hermanos mayores- desarrollará el concepto de propiedad privada: ¡este juguete es mío! Y, en contradicción, intentará tomar prestadas cosas que no son suyas: será una fuente de polémicas con sus colegas que tendréis que manejar con paciencia y cariño.

Su vocabulario –el que comprende, aunque no sea capaz de expresar todas esas palabras- es cada vez más rico. Son, sobre todo, objetos de uso cotidiano (cuchara, toalla, pañal). También va reconociendo las partes del cuerpo y las señala: nariz, dientes, pelo. Pero lo más importante es que te demandará sus alimentos favoritos: ¡imagínate cuáles serán!