El agua del biberón
Desde el primer día
¿Cómo debe ser?
Una de las dudas que te surgirá cuando prepares su primer biberón es el tipo de agua que vas a emplear. ¿Sirve la del grifo o tengo que comprar embotellada? ¿He de hervirla? Te aclaramos las dudas.
Querrás ofrecerle lo mejor. Y si has decidido alimentarle con biberón, dos serán tus dudas: la primera, qué tipo de leche has de ofrecerle, y la segunda, con qué agua es mejor preparar su comida. Pues, en el fondo, en esta segunda cuestión todo dependerá del lugar en el que vivas y de la calidad de esa agua. Por tanto, existen tres opciones:
- Que la de tu casa sea potable y, por tanto, apta para el consumo humano y por supuesto también para la preparación del biberón.
- Que no lo sea, y entonces tengas que recurrir al agua embotellada.
- O que por comodidad y rapidez, decidas utilizar siempre agua embotellada.
Si tu alternativa es la primera, tan sólo tendrás que tener una precaución: hervirla antes de meterla en el biberón. Si bien es cierto que la cloración elimina las bacterias más peligrosas del agua, el sistema digestivo de tu niño no es tan resistente como el tuyo y puede que pequeños parásitos se cuelen por el grifo y lleguen a su bibe.
Además, en algunas zonas contiene demasiadas sales minerales que no le benefician. Así pues, lleva el agua a ebullición, pero nunca más de dos minutos. La Asociación Española de Pediatría (AEP) recomienda hervirla durante un minuto contado desde que alcanza el punto de ebullición, para no aumentar la concentración de sales minerales.
Si, por el contrario, has decidido usar agua embotellada, no es necesario que la hiervas. Eso sí, presta atención a su composición, ya que no todas son aptas para el consumo de los bebés. Ante la duda, compara las etiquetas y elige las de mineralización débil.