¿Qué es la inmunonutrición?
El ejemplo que le damos a nuestros hijos e hijas es fundamental. Tener una alimentación saludable, realizar actividad física diaria, y los buenos hábitos alimenticios en general, son algo que, además de ofrecer y enseñar a nuestros peques, tenemos que demostrarles con el ejemplo diario.
Fundamentos de la inmunonutrición
En las últimas décadas del siglo XX la comunidad científica ha profundizado mucho en la relación que hay entre lo que comemos y nuestra salud general, en la forma en la que afectan los alimentos al sistema inmunitario y en si los alimentos que ingerimos pueden afectar, en mayor o menor medida, a las probabilidades de desarrollar enfermedades.
Ya desde el embarazo la alimentación es fundamental para el bebé, desde alimentos prohibidos en el embarazo a los nutrientes y otros compuestos que necesitan en los meses de formación en el vientre y que van a empezar a desarrollar su sistema inmunitario.
Hay evidencia científica también de que la lecha materna contribuye a una mejor salud del bebé, presentando los bebés amamantados en la primera infancia una menor incidencia de enfermedades inflamatorias intestinales, alergias y asma, así como una menor probabilidad de padecer diabetes y obesidad en la vida adulta.
La leche materna está llena de inmunoglobulinas que protegen además a los bebés contra la neumonía, diarrea o incluso infecciones de oído.
Los antioxidantes en la inmunonutrición
Los antioxidantes son moléculas que pueden retardar o prevenir la oxidación de otras células.
Cada vez que se activa el sistema inmune, nuestro cuerpo produce sustancias químicas que generan estrés oxidativo en las células, y estas se contrarrestan con las sustancias antioxidantes que también tiene que producir el cuerpo.
Aportar mediante la alimentación un extra de antioxidantes como Vitaminas C y E al cuerpo, incorporando diariamente alimentos de origen vegetal, ácido oleico o ácidos grasos Omega-3 está demostrado que tienen una función antiinflamatoria protectora en el organismo.
Alimentos que le podemos ofrecer a nuestros bebés con vitamina C una vez haya empezado con la alimentación complementaria son frutas cítricas, fresas o melón. También se pueden usar en una gran variedad de recetas las patatas horneadas o hervidas, el brócoli o el tomate.
El brócoli y las hortalizas de hoja verde también contienen vitamina E, así como los frutos secos que se pueden ofrecer machacados o en cremas.
Inmunonutrición y alergias
Las alergias y las intolerancias alimenticias son dos enfermedades diferentes, pero las dos están relacionadas con alteraciones en la flora intestinal. La alergia provoca una reacción del sistema inmunitario y la intolerancia una inflamación en el sistema digestivo.
En el intestino tenemos billones de bacterias beneficiosas y toda esa microbiota intestinal tiene relación con diferentes factores de la nutrición. Cuando se mantienen en equilibrio producen energía, ayudan a la absorción de nutrientes y nos protege de infecciones. El mantenimiento del equilibrio de estos gérmenes favorecerá el desarrollo del sistema inmune del niño. Además, el tipo de parto, la lactancia, los alimentos que tome y los antibióticos, son otros factores que también influirán en el estado de la microbiota.
Alimentos para mejorar el sistema inmune
Una alimentación equilibrada y variada va a permitir que tu bebé adquiera todos los micronutrientes que necesita de forma natural.
La lactancia materna es lo mejor para tu bebé y una vez se han ido introduciendo otros alimentos en la alimentación complementaria hay que basar la alimentación en:
Frutas y verduras diariamente en todas las comidas del día que aportarán antioxidantes, minerales y son muy ricas en vitaminas.
Cereales integrales o de grano completo
Varias raciones de legumbres a la semana como fuentes de proteína vegetal y lácteos, huevos, pescado y carnes como fuente de proteína animal.