Rabietas en niños

Rabietas y berrinches en niños

Es totalmente normal que nuestros bebés lloren para llamar nuestra atención, atendiendo su llanto estamos cubriendo sus necesidades básicas.

Los bebés pueden llorar por hambre, por sueño, por gases, por frío, por calor, por dolor, por la salida de los dientes o simplemente porque necesitan la calma y la seguridad que les da estar en nuestros brazos.  

Poco a poco irás conociendo a tu bebé, ayudándole a adaptarse al mundo al que acaba de llegar, calmar su llanto es más que atender sus necesidades básicas, es darles consuelo, confort, confianza, apego y seguridad.  

A medida que vaya creciendo nuestro bebé, también irá aprendiendo a comunicarse, aunque a veces la frustración por no saber expresar lo que quiere, o por no saber controlar y conocer sus propias emociones, puede hacerle volver a un llanto desconsolado que se califique de rabieta, pataleta berrinche

Hay que saber que las rabietas en niños y niñas son un comportamiento natural dentro de su desarrollo, por el que pasan todas las criaturas con mayor o menos intensidad. No tienen nada que ver con que sea un niño bueno, malo, ni esté “poniéndonos a prueba” o manipulándonos como madres y padres para conseguir algo.  

El berrinche es una pérdida de control de las emociones, y, desde esa pérdida de control, los niños y niñas no tienen la capacidad reflexiva que necesitaría una persona para que todo fuera parte de un plan para conseguir lo que quieren.

Si queremos que las rabietas cesen, o que sea una época que pase lo más fácilmente posible, lo mejor es...

  • ... atenderles siempre, desde la calma
  • ... ayudarles a identificar esas emociones
  • .. no solo en ese momento (que suele ser difícil hablar o explicar nada) pero cuando están tranquilos, ayudándoles a que sepan lo que les ocurre y les puedan poner nombre a las emociones que sienten. 
Niña con berrinche

¿Cómo tratar las rabietas en niños de 1 año?

No olvidemos que, en sus primeros años de vida, el cerebro del niño está en construcción, y la corteza prefrontal, que es la que permite filtrar las emociones y tener un comportamiento social adecuado no se ha formado, así que es imposible que puedan controlarse en todas las situaciones.  

Cuando hablamos de bebés, además, son muy sensibles a los cambios de rutinas o a la falta de sueño, puede que solo necesite dormir, o que le haga falta que le lleves a un lugar tranquilo donde acompañarlo y ayudarle a relajarse.

¿Cómo tratar las rabietas en niños de 2 años?  

A los 2 años, muchos peques están aprendiendo a hablar, pero aún no saben expresarse bien y les cuesta hacerse entender. Ante una situación adversa, como puede ser la imposibilidad de cumplir un deseo, se puede dar una expresión intensa de enfado o frustración.  

No hay que tomarlo como algo personal ni enfadarnos nosotros con ellos. Es importante validar sus sentimientos y emociones, saber que crecerán, madurarán y que dejarán de tenerlas cuando estén preparados para ello.  

No podremos enseñarles a que no ocurran, no es tampoco nunca positivo para el desarrollo de su autoestima o autoconcepto que asocien esos momentos con tener miedo a los adultos porque les gritan o agreden.  

Lo que podemos intentar es redirigir su atención hacia otra cosa, distraer al peque de la situación que le produce frustración o rabia, puede que funcione una canción o un juguete, proponerles otra actividad que les guste, u ofrecerles un snack saludable.  

No se trata de chantajear, ni de ofrecer nunca comida como consuelo, lo que buscamos es distraer su atención, ofrecerle entre otras opciones, que tenga además la capacidad de decidir: “¿Quieres tomar un snack o que preparemos algo de fruta juntos?” 

¿Cómo tratar las rabietas en niños de 3 años? 

Conforme van pasando los años podemos también hacernos entender más con nuestros peques. Agacharnos para estar a su altura, mirarlos a los ojos, hacerles saber que estamos ahí para ayudarles.  

Puede que como adultos nos parezca que no tiene motivos para ponerse así, que el tener que ponerse los zapatos, la chaqueta, el no poder conseguir un juguete no son motivos para enfadarse, pero hay que trabajar siempre desde la empatía.  

Podemos ayudarle poniéndole nombre a la emoción y explicándole que se siente enfadado, frustrado o triste, pero que se tiene que poner la chaqueta porque hace frío, los zapatos para evitar hacerse daño o que es la hora de ir a casa porque tenéis que preparar el baño y la cena.  

Hay muchos cuentos infantiles que tratan el tema, libros para ver con nuestros peques y que ellos puedan entender la situación desde fuera, todo lo que se hable y se trate les ayudará a empezar a gestionar y controlar mejor sus emociones.