cómo darle el pecho a tu bebé

Cómo darle el pecho a tu bebé

Dar el pecho a tu bebé es una experiencia única. Si eres primeriza, es probable que te surjan muchas dudas al respecto. Es importante que sigas las recomendaciones del pediatra, que será quien realice un seguimiento personalizado de tu situación y tus necesidades particulares.

Dicho esto, a continuación detallamos algunas pautas generales que te pueden ayudar a tener una idea más completa de cómo dar el pecho a tu bebé y conseguir una lactancia materna exitosa

Ofrécele pronto el pecho 

Para garantizar un buen inicio de la lactancia materna, el contacto piel con piel precoz (lo ideal es inmediatamente tras el parto, es vital, ya que ayuda a tu bebé recién nacido a adaptarse mejor a la vida extrauterina y a establecer un vínculo afectivo contigo. Si es posible, el que tu bebé esté contigo y sin restricciones en el hospital durante las 24 horas del día favorece la lactancia, al permitirle acceder al pecho siempre que lo desee. Además, según la AEP se sabe que las madres que tienen a su recién nacido con ellas en todo momento están menos preocupadas y descansan mejor, y su bebé está más tranquilo porque tiene la posibilidad de satisfacer antes sus necesidades: nutricionales, de contacto, calor, cariño y seguridad. El alojamiento conjunto también facilita que el personal sanitario pueda ofrecerte un apoyo más constante y eficaz. ya que estos podrían interferir negativamente en la lactancia

Otro punto importante que deberás tener en cuenta es, en la medida de lo posible y especialmente al principio (al menos las primeras 4-6 semanas), no ofrecer a tu bebé chupetes ni biberones, y tu bebé podría agarrar tu pecho con menos eficacia, causando problemas de grietas en el pezón, inflamación de la mama y falta de leche. 

¿Cuándo le doy el pecho? 

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La lactancia materna se da a demanda, es decir, no hay horarios fijos y debes ofrecer el pecho según te lo pida tu bebé, sin contar el número de tomas y todo el tiempo que quiera, sin fijarte en lo que tarde en cada toma. No es aconsejable despertar a tu bebé cuando duerme (aunque deberás vigilar bien los primeros días por si está demasiado adormilado y tienes que despertarlo para que no pase demasiadas horas sin ingerir alimento y no se deshidrate), ni retrasar la toma cuando tenga hambre porque aún no es la hora. Es necesario que seas flexible y adaptarte en la medida de lo posible a las necesidades de tu bebé. Normalmente, tu bebé querrá mamar cuando haga movimientos de chupeteo, bosteza, se lleva la mano a la boca o haga sonidos de llamada. No hace falta que esperes  a que llore. Por otro lado, tu bebé necesitará agarrarse a tu pecho no solo para comer, también lo necesita para tranquilizarse, olerte y sentir que está cerca de ti; cada vez que succiona del pecho, las hormonas de la lactancia se ponen en funcionamiento, incluso aunque no esté sacando leche. 

Una vez en casa, es conveniente que tu peque sea valorado entre las 24 y 48 horas tras el alta, para asegurar que su estado de salud es bueno, así como valorar el desarrollo de la lactancia. Una señal de que todo va bien y tu bebé está recibiendo toda la leche que necesita es ver que mama a menudo y hace al menos 3 cacas al día… Si al darle el pecho tuvieras dolor, tuvieras la sensación de no tener leche o que tu bebé llora mucho o demasiado poco, puedes recurrir una asesora o experta en lactancia, podrá resolver tus dudas y las posibles dificultades (mal agarre, postura, posible frenillo), sin que tengas que recurrir a biberones, chupetes o suplementos. También es muy útil contactar con el grupo de apoyo más cercano o el taller de lactancia de tu centro de salud, en los que podrás contar con la ayuda de otras madres con experiencia en lactancia que hará más fácil el inicio de tu lactancia. 

El tiempo de cada toma 

El tiempo que se necesita para completar una toma varía según el bebé, la madre, la edad e incluso de una toma a otra. No es conveniente que retires a tu bebé del pecho, lo ideal es que la toma dure hasta que el niño suelte de forma espontánea el pecho. Algunos bebés solo maman de un pecho y otros toman de ambos, pero es preferible que tu peque ‘vacíe’ cada uno de ellos completa y alternativamente para evitar un acúmulo de leche que podría provocar la inflamación del pecho. 

El pecho es suficiente 

Habitualmente, el recién nacido que toma el pecho adecuadamente y a demanda, no necesita más líquidos diferentes a la leche materna, por lo que no es necesario ni recomendable que le des agua o suero, salvo si hay indicación médica. Antes de darle o cualquier otro alimento que no sea leche materna, consulta siempre con tu pediatra o profesional sanitario.