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Problemas de estreñimiento en bebés: ¿qué hacer?

Antes de nacer, el bebé pasa unos meses muy cómodos dentro de su mamá… No existen los gases, ni el estreñimiento, ni el cólico del lactante. Los nutrientes le llegan como por arte de magia, sin ningún esfuerzo por su parte, hasta que un buen día nace y se encuentra con que –ahora sí- tiene que ingerir alimentos, digerirlos, absorber todos sus nutrientes, y excretar los desechos metabólicos que no necesita ¡Bienvenido al mundo!

Afortunadamente, para ellos, durante sus primeros meses de vida tienen reservado un menú óptimo basado en una receta insuperable: la leche materna. Un alimento vivo y único, que responde a todas sus necesidades, y que la OMS, UNICEF y las sociedades científicas más relevantes recomiendan en exclusiva los seis primeros meses de vida, para posteriormente mantenerla –ya en combinación con otros alimentos- hasta cumplir por lo menos los 2 años. 

Cuando, tras la etapa de lactancia, empezamos con la alimentación complementaria, vamos a pasar también por un proceso de adaptación, que no siempre es fácil y fluido, en que puede aparecer el estreñimiento en bebés. 

Síntomas de que tu peque sufre de estreñimiento 

Durante la lactancia materna, el número de deposiciones es mayor que con la leche de fórmula. 

No te alarmes si ves que a tu bebé le cuesta hacer sus deposiciones, es normal notar que hace esfuerzos. Incluso si llora o se le pone la cara roja no tiene por qué ser síntoma de estreñimiento. Está realizando un gran esfuerzo. Sobre todo, los primeros meses, si está acostado boca arriba, puede que no le resulte fácil. Puedes ayudarle sosteniéndole en brazos en una postura sentado que le facilite la evacuación. 

En lo que a la disminución de deposiciones en bebés se refiere, los principales síntomas son:  

  • Tu bebé está irritable.  

  • Sus heces son más duras y más espaciadas de lo habitual.  

  • Hace esfuerzos para hacer popó durante más de diez minutos, y no lo consigue. 

Causas de que el bebé tiene dificultades para hacer popó 

Nuestro sistema digestivo no actúa únicamente como órgano de absorción y secreción, sino que también se encarga de la regulación hormonal y ejerce como barrera defensiva contra las posibles infecciones. Para convertirse en la máquina perfecta que es un lento proceso de maduración; de hecho, se estima que adquiere su óptima funcionalidad en torno a los 5 años de edad. 

Por eso la alimentación de los más pequeños se estructura en torno al grado de desarrollo de su sistema digestivo. Primero, durante el período en el que el bebé es más frágil y vulnerable, solo mediante leche materna; para después -cuando ya produce más saliva y enzimas digestivas- empezar con la alimentación complementaria (frutas, verduras, cereales, carne, pescado…) de una forma muy progresiva y cuidadosa, adaptándonos a sus necesidades nutritivas. 

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Remedios contra el estreñimiento en bebés 

Si tu bebé ya ha empezado con la alimentación complementaria, añade fibras naturales a su dieta, como las de la fruta, o cereales integrales.  

No están recomendados los laxantes, la estimulación, o los jugos de frutas en bebés con estreñimiento. Consulta con el personal de pediatría para que estudie vuestro caso particular, si crees que tu bebé está teniendo problemas para hacer popó.  

Nutrientes que favorece el desarrollo digestivo 

Algunos componentes de la leche, como el Beta palmitato y GOS, son clave para el bienestar digestivo de los bebés 

​​En la leche materna existen ciertos nutrientes que favorecen el desarrollo digestivo de los más pequeños, dentro de los cuales podemos destacar la grasa láctea (rica en β palmitato) y los galactooligosacáridos (GOS).​ 

El beta palmitato supone hasta el 70% del ácido palmítico presente en la leche materna (el palmítico es el segundo ácido graso en importancia en la misma, solo por detrás del oleico). A diferencia de otras fuentes, como el aceite de palma, que lo tienen en posición alfa (sn-1) y/o gamma (sn-3), gracias a la grasa láctea disponemos de un alto porcentaje de este ácido graso en la posición beta (sn-2), la mejor para aportarle los máximos beneficios al bebé: 

  • Favorecer el tránsito digestivo y el crecimiento de la flora intestinal beneficiosa: los bebés presentan una frecuencia defecatoria más regular y sin molestias. 

  • Mejorar el aprovechamiento de las grasas y la absorción de minerales como el calcio, imprescindible para una buena salud ósea. 

Los GalactoOligosacáridos (GOS) son fibras solubles presentes en la leche materna que se producen mediante la conversión enzimática de la lactosa, un azúcar naturalmente presente en la leche materna. Son prebióticos: sustancias no digeribles que se encuentran en los alimentos, que estimulan el crecimiento y la actividad de la microbiota intestinal. 

Los GOS cumplen numerosas funciones beneficiosas para el organismo: 

  • Sirven de alimento y, por tanto, estimulan el crecimiento de bacterias beneficiosas para el organismo como lactobacillus y bífidus. 

  • Aumentan la absorción del calcio y el magnesio.

  • Mejoran el estreñimiento y la diarrea

  • Aumentan las defensas naturales del organismo. 

Podemos encontrar ambos nutrientes (grasa láctea con beta palmitato y GOS) en determinadas fórmulas infantiles, de modo que -en caso de no poder llevar a cabo la lactancia materna- el bebé podría seguir recibiéndolos y disfrutando de ese bienestar digestivo, como en la leche Pedialic Digest AE/AC