La evolución del sueño del bebé

La evolución del sueño del bebé

El descanso alimenta el bienestar de tu hijo. El sueño evoluciona a lo largo de las distintas etapas del crecimiento, como veremos a continuación.

Etapas del sueño del bebé según su edad: ¿cuánto necesita dormir mi bebé? 

Sabemos que esta es una de las preguntas que te haces actualmente, al igual que otros padres y madres. 

Bebés hasta los 6 meses 

Los niños duermen durante mucho rato cuando se encuentran en esta fase. El tiempo de sueño se reduce de forma gradual hasta los 6 meses, momento en que el peque descansa entre 14 y 16 horas aproximadamente. A esta edad, el descanso se prolonga, principalmente, durante la noche. Pero el bebé también disfruta de una o dos siestas durante el día. Habitualmente, cuando el peque ha cumplido medio año de vida, empieza a familiarizarse con una rutina.   

Bebés de 6 a 12 meses 

El tiempo de sueño se reduce de una forma mínima en este periodo. Los bebés suelen dormir alrededor de 13, 14 o 15 horas. Sin embargo, conviene puntualizar que, más allá de estos datos aproximados, cada niño es diferente. Una gran parte del horario de sueño se prolonga durante la noche. Un periodo que se completa con una o dos siestas durante el día. 

Bebés a partir del año 

¿Cuál es el patrón de sueño que muestra el peque en esta etapa? El peque descansa una media de entre 12 y 13 horas que integran el periodo nocturno y dos siestas diurnas

Como dormir al bebe

Resumen: horas de sueño durante el primer año

EdadHoras de sueño
Hasta 6 mesesEntre 14 y 16 horas
De 6 a 12 mesesEntre 13 y 15 horas
A partir de 1 añoEntre 12 y 13 horas

Cómo saber si hay problemas de sueño en el bebé

En primer lugar, es importante que siempre consultes con el profesional de la salud cualquier duda que tengas sobre este tema. Existen dificultades relacionadas con el descanso que pueden observarse. Son las dificultades que afectan al establecimiento de una rutina. Así ocurre, por ejemplo, cuando el niño duerme principalmente de día. 

Por otra parte, en ocasiones se manifiesta la ansiedad por la separación nocturna. Este término hace referencia a la intranquilidad que experimenta el bebé cuando se alejan sus figuras de referencia. En esta situación, el niño se calma cuando siente la presencia de su madre o su padre...

  • No le transmitas tu propia inquietud o tu preocupación en el momento de la despedida.
  • No te anticipes a cómo crees que va a transcurrir la noche.
  • Concéntrate en el momento en el que te encuentras y, por tanto, practica la presencia consciente.   

Las dificultades que muestran algún problema de sueño se repiten de forma habitual. Es decir, no son detalles ocasionales, sino variables que se manifiestan de un modo recurrente. Por ejemplo, puede que al bebé le cueste iniciar el descanso cada día.

Es importante tener paciencia. Este proceso es evolutivo y, en consecuencia, cambiante. Los despertares nocturnos se producen de forma habitual en esta etapa. El bebé se despierta con más frecuencia cuando tiene poco tiempo de vida. 

¿Qué puedes hacer para mejorar el sueño de tu bebé? 

En primer lugar, es importante que mantengas una misma rutina, incluso en los fines de semana y las vacaciones. Mediante una referencia de horarios que se mantengan de forma constante, el bebé se familiariza con hábitos y costumbres. La diferenciación entre el día y la noche es clave para el aprendizaje de una rutina. La luz y la oscuridad influyen en el mantenimiento de una programación constante. Las siestas diurnas se diferencian del sueño nocturno porque se desarrollan en momentos diferentes.

Establece una rutina previa al sueño nocturno acompañada por experiencias que inviten al descanso. Por ejemplo, canta una nana al bebé con voz suave. Las nanas son composiciones musicales tradicionales y breves. Tienen una letra muy sencilla y, gracias a su musicalidad, producen un efecto muy relajante. Si lo prefieres, en vez de cantar, también puedes poner una melodía suave de fondo. 

Es esencial crear un ambiente agradable y relajante. Por ello, evita los ruidos molestos. Por el contrario, la estancia sí puede tener un poco de la luz natural que entra a través de las rendijas de la persiana cuando el peque disfruta de la siesta. En ese espacio temporal, sí puede haber algunos sonidos en casa. ¿De qué otras maneras puedes ayudar al niño a diferenciar entre la claridad y la oscuridad? Háblale con frecuencia durante el día y juega con él; identificará este periodo con la actividad. 

Para mejorar el sueño del bebé, establece la diferencia entre lo que depende de ti y lo que no puedes controlar. En caso contrario, puedes experimentar un estrés añadido. Ya que, aunque quieras controlarlo todo perfectamente, no podrás hacerlo. Como hemos comentado, es importante que consultes con el pediatra del bebé. Tal vez sea necesario introducir algunos cambios en la rutina para que el peque descanse mejor. Es fundamental que siempre tengas en cuenta el criterio experto del especialista.