Cómo usar el ruido blanco para dormir a los bebés

Ruido blanco bebé: ¿funciona?

¿Habías oído hablar del ruido blanco para bebés? Este tipo de sonidos pueden ayudar a calmarlos antes de dormir, consiguiendo un efecto natural muy relajante.

Probablemente, hayas leído u oído acerca de que usar el ruido blanco para dormir a los bebés. O quizás nunca lo hayas escuchado y ahora te hayas quedado la mar de intrigada con esta técnica que promete obtener muy buenos resultados a la hora de facilitar el sueño a tu bebé. ¡Sigue leyendo para descubrir qué efectos tiene el ruido blanco con tu bebé

¿Qué es el ruido blanco? 

Se trata de, sencillamente, poner a tu bebé, cuando le cueste dormirse, un ruido como el de un secador, extractor de cocina o canal de televisión no sintonizado. Y sí, si no lo sabías, a estos sonidos se les denomina ruidos blancos y aunque parezca increíble, muchos bebés dejan de llorar y se quedan dormidos al escucharlos.  

¿Cómo surgió esta particular técnica para “encantar” o dormir a los bebés? En 1990 se publicó un estudio británico en el que se observó que el 80% de los bebés de una muestra de aproximadamente 40 bebés con dificultades para dormir, se quedaban dormidos a los 5 minutos cuando se les daba a escuchar el ruido blanco, en comparación con el 25% de los bebés del grupo de control que se quedaba dormido de manera espontáneamente. Como explicaban los autores del estudio: “el ruido blanco podría apoyar a las madres a tranquilizar a los bebés complicados”.   

Tipos de ruido blanco 

¿Dónde podemos encontrar el ruido blanco? La definición de ruido blanco corresponde a un sonido monótono, con una señal aleatoria que abarca todas las frecuencias audibles por el ser humano. Teniendo en cuenta que ya desde el útero, los bebés están acostumbrados a los ruidos fuertes, al mismo tiempo, cuando nacen, tienen un sistema nervioso inmaduro que los hace sensibles y hace que se sobresalten con facilidad. Asimismo, el sueño de los recién nacidos aún no está entrenado y el ruido blanco puede representar una pequeña ayuda, ya que no resulta diferente a los sonidos que realizan sus padres a la hora de consolar su llanto.  

¿Qué tipos de ruido blanco existen? Son mucho más sencillos y accesibles de lo que pensamos: el sonido del mar, la lluvia, el viento o los electrodomésticos en funcionamiento pueden encarnar alternativas válidas para aquellas personas que tienen dificultades a la hora de conciliar el sueño. También son ruidos blancos los ruidos de una calle con tráfico intenso, el sonido de un ventilador en movimiento, el secador de pelo, la campana extractora, la lavadora en funcionamiento o la radio sintonizada en un punto del dial donde no haya ninguna emisión. ¡Solo tienes que probar con tu bebé a ver cuál funciona mejor para que se calme y se duerma!  

3 preguntas frecuentes sobre el uso del ruido blanco

Preguntas frecuentes sobre el uso del ruido blanco en bebés

¿Por qué calma a los bebés este tipo de ruido? 

Aunque no se sabe exactamente la causa de que este ruido tenga ese efecto calmante, se cree que el sonido monótono hace que el cerebro se relaje y desconecte de todo lo externo, por lo que es más fácil que se duerma.  

¿Qué dice la ciencia? Lo cierto es que las investigaciones confirman la efectividad de estos sonidos, ya que nuestro cerebro así es capaz de centrarse en el ruido blanco y aislar el resto de ruidos, así se incrementa la concentración y, por tanto, alcanzar un nivel de sueño más profundo.  

¿Es peligroso para el bebé? 

Hasta ahora no hay ningún estudio que desaconseje ponerle a un bebé este tipo de ruidos blancos para calmarlo. Sin embargo, también se recomienda no abusar de estos sonidos o ponérselos cuando no se necesite, ya que si se le expone durante mucho tiempo a ruido blanco, el bebé deja de tener estímulos auditivos, por tanto, puede afectar a su capacidad auditiva y dejar de aprender a oír los demás sonidos. Cuando llore, intenta calmarlo de forma lo más natural posible y aplicar algunas rutinas de sueño y buenos hábitos.  

¿A qué volumen debemos ponerlo? 

Para  ayudar a tu bebé a relajarse se deberían alcanzar los 60-65 dB, aunque puede que si está muy agitado o nervioso tengas que subir un poco más el volumen. Cuando hayas conseguido calmarlo podrás comenzar a bajar el volumen hasta llegar a los 60-65 dB, que es cuando tu bebé se habrá quedado dormido. Manténlo así durante varios minutos antes de apagarlo para cerciorarte de que el sueño de tu bebé se ha asentado cómodamente.